domingo, 21 de julio de 2024


MI OTRA marca es el volumen y horario con que hago las cosas. Recuerdo a un menda por lo demás buena gente que un día me dijo:

—Vanessa, te has hecho famosa con los cubos de basura cuando yo ya llevaba pintando contenedores hace siglos.

Y yo, conociéndome el percal de lo underground (por eso aborrezco esa etiqueta y no quiero mancharme con los que la aman), le dije con toda la intención:

—Pero, por pura casualidad, Mengano, ¿cuántas pintadas hiciste?
—Pues —me dijo— lo menos he pintado cinco o seis contenedores en los últimos ocho años.

Cinco o seis, es que te tienes que reír. Hablaba conmigo con la palabra “nosotros”, nosotros los poetas urbanos, nosotros los grafiteros, nosotros los escritores... cuando no existe palabra que más me haga arder. No puede estar en el mismo “nosotros” una persona que dedica los domingos por la tarde a la literatura con otra que se vino a Madrid para trabajar de conserje nocturna y lleva los últimos veinte años dedicando 16 horas diarias al letrismo. No admito ningún nosotros que no tenga el mismo horario y energía que yo. Yo sueño mucho más, trabajo mucho más, deseo mucho más, necesito mucho más y solo tengo menos de esa palabra que os sienta tan bien a minisoñadores como vosotros: humildad.