miércoles, 7 de febrero de 2024

Mi pequeña leona


Tras recorrer muchas veces
el largo de mi cerebro,
siempre con poco provecho,
puedo decir sin embargo lo siguiente:
creo que no soy un árbol,
mucho menos un hongo 
y hasta sospecho
que no soy mamífera.

Puedo dar pruebas: nunca sentí
deseo sexual verdadero por nadie,
tampoco sueños de reproducirme,
y me dan náusea las manadas:
cada vez que siento la proximidad
de un supuesto miembro de mi especie,
me escondo debajo de mi garganta.

Nacida para ser completamente azul,
pronto preferí los otros colores.
Padres, curas, maestros,
todos fracasaron conmigo.
Ni siquiera aprendí a ser hombre,
¡puedo demostrarlo!

La libertad que buscaba tenía el nombre
de rechazo: el hierro, los tabiques,
las normas esenciales, lo nuestro,
¡a todo le di una patada, os lo juro!

¿Humana yo? No me insultes.
¿Española? Ni aunque
me regales un caballo.
¿Vasca? Prefiero ser policía.
Yo engendro a mis padres,
yo elijo mi sangre,
yo escojo mis patrias,
yo
soy
todos
mis
ancestros.