• • A Marta Vilella, que insiste en promocionar a una escritora acabada y marginada por todos como yo.
• • A Juan Solá, que me llama “reina”, que me gusta casi tanto como maricón.
• • A Paula R. Mederos, que me llamó por primera vez Vanessa en una story de Instagram, después de todas las trolas que le conté en el pasado.
• • A Giovanni Collazos, futuro padre, que me lo encontré por la calle y conseguí recuperar el ejemplar de Propercio que le había prestado hace quince años.
• • A Loli, que creo que me bloqueó en el móvil porque le dije muy clarito que no iba a seguir sus teorías de la conspiración (es de las que cree que Bill Gates nos ha metido un chip en la cabeza, que Soros ha llenado el cielo de aviones que pinchan las nubes para que no llueva, etc, y te bombardea en whatsApp con toda su colección), pero resulta que ha vuelto y me alegro.
• • A Eduardo A. Ponce, que me mandó su fanzine.
• • A la mujer que atiende el “Eurocopias” de Carabanchel, que me descubrió lo que es el perforador de cartón, que sirve para hacer agujeros, y también lo que es la cinta adhesiva de doble cara, pues hasta entonces insistía en pegar los folios sobre el cartón con pegamento de barra.
• • A Sofía Peciña, que volvió a Instagram.
• • A un dependiente del Bazar de China, que me enseñó que cada hoja del cúter tiene varias partes y cuando se van gastando basta con quitarle la última con un alicate.
• • A Natuki y Eva Kalo, que cada vez que retuitean una publicación mía le añaden el sticker de unas botas altas.
• • Al fútbol de la Premier League, que me está haciendo sobrellevar la falta de Messi.
• • A Lebron James, que a los 39 hace lo que puede y lo que puede es mucho.
• • A MV, que ingresó en Threads y ya tengo un GRAN motivo para seguir en esa terrorífica red, que dejé porque abundan los analfabetos que se creen alfabetizados.
