LA INTELIGENCIA Artificial es el mayor ataque que ha recibido el ego de los escritores desde las cuevas de Lascaux. Solo pensar que una máquina podría escribir una obra mejor que las de Shakespeare nos pone en trance de destruirnos. ¿Entonces para qué tanto esfuerzo, para qué tanta pose, para qué nosotros? Por fortuna los programas que se han creado hasta ahora son muy malos, casi como los poetas de hoy, pero también eran muy malas las primeras máquinas de ajedrez artificiales que se crearon en los años ochenta, y hoy son muy superiores a Carsen o Kasparov.
