sábado, 27 de julio de 2024


NO SÉ cuál es la razón de que en verano me pique mucho más la mano de la escritura. Ya en mis tiempos paleorrabiosos me sucedía: me recuerdo en 2008 y 2009, cuando los demás blogueros anunciaban que se iban de vacaciones, que yo publicaba una entrada que no fallaba: “¡Valientes escritores de plástico que son capaces de parar un mes! ¡Aquí me quedo yo a defender la (mala) literatura!”