viernes, 27 de diciembre de 2024


MI AMOR por las lechugas procede del huevo: yo ya amaba a esas verduras con volantes cuando estaba en la tripa de mi madre, al contrario de las escarolas, que me fueron ganando poco a poco hasta el Aconcagua de esta semana, en la que he comprado tres lechugas y tres escarolas y ya solo me quedan de las primeras. Es evidente que mi relación con las escarolas ya ha entrado en el terreno sexual, igual que las lechugas, las naranjas, las fresas, las cerezas, los melones, las nectarinas y los calabacines.