lunes, 6 de enero de 2025


ÚLTIMAMENTE ME visita un pensamiento que me agrada: el de que yo, de tanto esculpir/domeñar mi soledad, he logrado fabricarme un iglú a prueba de misiles nucleares que me está haciendo la vida cada vez más fácil. Todavía hace unos años me dolía mi soledad, el tobogán continuo al que te lleva, pero reviso mis diarios y me doy cuenta de que llevo dos años casi sin hablar de ella, indicio claro de que ya no es un problema. Pienso en los veinte o veinticinco años que igual me quedan por delante y me los imagino plácidos, totalmente absorta en mi obra, sin nada que me afecte, nadie que pueda herirme, ningún otro ser que pueda interrumpir mi monólogo absurdo e inhumano y monstruoso.