RESULTA QUE la célebre expresión de los galos de Astérix, que lo único que temen es que "el cielo se caiga sobre sus cabezas", está documentada en la historia tanto por Estrabón como por Arriano. Los galos se habían extendido hasta el Danubio y habían concitado la atención de Alejandro Magno, que invitó a comer a algunos de sus jefes y les preguntó qué es lo que más temían, pensando sin duda que responderían que a él. Sin embargo, un guerrero galo se levantó y le dijo esto, "No tememos nada, salvo que el cielo caiga sobre nuestras cabezas", en el año 335 antes de Cristo.
