CREO QUE el estado psicológico ideal para escribir es el de una ligera infelicidad que te mantenga crítica y alerta, conectada por igual con el mundo cercano, el de las cosas y las personas concretas, y con el lejano de las preguntas y las abstracciones. Una pequeña infelicidad, dolorosa pero bajo control, mantiene tu mente cruda y desrromantizada, muy ligada a lo verdadero, más entrenada en mirar el envés y las notas a pie de página que las grandes portadas. Subrayo que debe ser pequeña o manejable, porque la demasiada infelicidad me parece mala en todos los casos, a pesar de lo que dicen los gurúes de la voluntad, porque los daños grandes luego son muy difíciles de remontar sin traducirse en traumas o rencores que arrastras el resto de tu existencia. La mucha infelicidad además reduce la esperanza de vida del escritor, esto es, la esperanza de escritura.