sábado, 11 de enero de 2025


HE COMENZADO a leerme de nuevo el mamotreto Historia de la cultura griega, de Jacob Burckhardt, uno de los seis o siete libros de verdad buenos que se han escrito nunca en Occidente (los otros son la Historia de la guerra del Peloponeso, de Tucídides, La democracia en América, de Tocqueville, la Historia Universal, de Jean Duché, los Ensayos de Montaigne, las Vidas Paralelas de Plutarco y la Historia de la filosofía occidental, de Bertrand Russell), ahora que también tengo la opción de escucharlo (AQUÍ) cuando se me cansa la vista, y justo en el prólogo he llegado al fragmento que ya me subyugó en su día y que me sigue emocionando, el subrayado es mío:
Es menester poner en claro el lugar destacado que corresponde al espíritu griego, colocado entre Oriente y Occidente.

Todo lo que hicieron y padecieron fue libremente y de otra manera que los pueblos que les antecedieron.

Son originales, espontáneos y conscientes allí donde los demás están dominados por un tener que más o menos sombrío.

Por eso se nos presentan en sus creaciones como el pueblo genial de la tierra, a pesar de sus fallas y sus dolores.

He aquí la razón por la cual este pueblo se ofrece en estudio a toda la posteridad. Quien quiera sustraerse a él, retrocede. 

¡Y su saber, y su ver! Mediante su conocimiento del mundo, ilustran, no solo su propio ser, sino también el de todos los pueblos antiguos; sin ellos y sin los romanos, filohelénicos, no poseeríamos testimonio alguno de la época primitiva, porque todos los demás pueblos no se fijaron más que en sí mismos, en sus ciudadelas, en sus templos y en sus dioses.
Los musulmanes de la primera hora también se interesaron en otros pueblos; los alemanes del siglo XVIII y XIX padecieron devoción por las demás culturas, incluso tan alejadas como las orientales o las amerindias; los franceses del siglo XIX no se dirigían solo a los franceses o a la Francophonie, sino a todos los ciudadanos del mundo; actualmente, los ingleses de izquierda y algunas personas particulares siguen llevando la antorcha que encendieron los griegos.

¿Quieres saber cuál es la diferencia entre una cultura de verdad y una cultura de mierda? Accede al banco de documentales de la BBC y luego compáralo con el de RTVE.