domingo, 23 de marzo de 2025


ESTARÍA DISPUESTA a pagar el doble por los fragmentos póstumos de Nietzsche en epub si me los dieran en versión pirata, porque en versión pirata puedo seleccionar todo el texto que quiero y hasta puedo convertirlo en audiolibro con el programa Balabolka, con lo importante que es eso a mi edad (si leo mucho se me cansa la vista). Lo curioso y triste de los más de cien libros electrónicos que he comprado en los dos últimos meses es que están repletos de “candados” que me hacen imposible traspasarlos a mis lectores Kobo y BQ Cervantes (habrá alguna manera, pero no la encuentro), cuyas pantallas de tinta electrónica me cansan muy poco la vista, por lo que me tengo que conformar con leerlos en la pantalla del móvil y encima no puedo copiar las partes del texto que me interesan para futuras relecturas en un documento de word, o el permiso de copia está limitado a partes mínimas.

Si compras un libro en papel, pasa a ser tuyo. Si compras un ebook, en cambio, solo compras el derecho a leerlo como sus dueños quieren en las aplicaciones que te suministran. Luego lloran por el pirateo (una tontería, porque los que más pirateamos somos también los que más libros compramos), pero es que el ebook pirata es muy superior al mismo ebook de pago, no solo porque no cueste dinero.