martes, 26 de agosto de 2025

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LA VELOCIDAD fittipaldesca a la que se mueve nuestra época es tal que hasta una persona como yo, que igual consume tres o cuatro horas de Internet al día, puede estar al margen de las últimas novedades incluso en un sembrado como el suyo. Hace unos meses dije que los resúmenes de libros que hacen las IAs iban a sustituir a la lectura de los libros completos, pero es que... ¡resulta que ya existen aplicaciones de resúmenes de libros, que se dedican exclusivamente a eso, y yo sin enterarme!

Vamos camino de la Francia de posguerra que denunciaba Julien Gracq en La literatura como bluff, donde apuntaba que gran parte de los lectores franceses, en vez de leerse los libros, se leían solo las críticas y sus alrededores  "para tener algo que comentar", pues en la Francia hiperlectora (solo el 14% de los franceses afirma no leer ni un libro al año, frente al 26% de los italianos o el 35% de los españoles), como no podías tomar un café sin tener una opinión propia de las novedades literarias del momento, nació una industria de reseñas, críticas, sinopsis, reportajes o entrevistas que a veces era superior a la de los mismos libros.