SOLO LEYENDO lo que dijeron algunos grandes autores alemanes sobre sus compatriotas podríamos habernos ahorrado cualquier ilusión sobre sus posibilidades futuras, aunque hay que decir que lo de presentar a los alemanes anteriores a Hitler como "el pueblo más culto de Europa" solo se comenzó a hacer después de la catástrofe nazi, con el fin de que los libros y reportajes sobre el tema quedaran más tremendos. ¿Los más cultos? Lichtenberg decía que los alemanes eran tan borregos que "no se atreven a afirmar que "hace frío" antes de escuchar que otros lo dicen"; Schopenhauer afirmaba a gritos en los bares que eran el pueblo más necio del mundo, "más aburridos que gorros de dormir"; Nietzsche sostenía que Alemania era la nación más plana de Europa y que la sola proximidad de un alemán le "retardaba la digestión"; Heine avisó de que la intolerancia y fanatismo de sus compatriotas auguraba una hecatombe en el futuro; Einstein renunció a la ciudadanía alemana en 1895 a causa del antisemitismo y "mentalidad de rebaño" de sus coterráneos; y Kant, queriendo elogiarlos, dijo que los alemanes habían nacido para la obediencia y que necesitaban "un amo", por muy despótico que fuera, que les garantizara el orden.