martes, 9 de septiembre de 2025

1209


JOAQUÍN BARTRINA (1850-1880) es ese triste caso de poeta olvidado que sin embargo dejó dos poemas para la posteridad que se recitan sin decir su autoría. Ayer en Threads recuperé esos dos poemitas que se han integrado en el acervo popular:

Oyendo hablar a un hombre, fácil es
saber dónde vio la luz del sol.
Si alaba Inglaterra, será inglés,
si reniega de Prusia, es un francés,
y si habla mal de España... es español.


FABULITA

Juan tenía un diamante que valía,
y, por querer saber lo que tenía,
la química estudió, y ebrio, anhelante,
analizó el diamante.

Mas ¡oh, qué horror!... Aquella joya bella,
lágrima, al parecer, de alguna estrella,
halló, con rabia y con profundo encono,
que era sólo un poquito de carbono.

Si quieres ser feliz como me dices,
no analices, muchacho, no analices...