jueves, 4 de septiembre de 2025

1185


ESTA TROYA de Erica Jong sobre Toni Morrison que he publicado en el blog CHIMAMANDA quizá necesite un poco de contexto:
Desearía que Toni Morrison, una escritora deslumbrante y un gran ser humano, hubiera ganado el premio Nobel solo por su excelencia a la hora de poner una palabra detrás de otra. Estoy encantada con su elección, pero sospecho que su premio no fue motivado únicamente por consideraciones artísticas. ¿Por qué el arte en sí mismo no puede ser suficiente? ¿Debemos usar también al artista como muestra de progresismo?
De lo que se queja Jong es de lobby afroamericano, al que habría sucumbido el Nobel con el fin de poder decir "la primera afroamericana premiada" (ya se lo habían dado a Derek Walcott, pero Walcott era hombre y se sentía sobre todo afroantillano o afrocaribeño). El "lobby" surgió en enero de 1988, cuando 48 intelectuales afroamericanos, algunos de la nombradía de Maya Angelou, Amiri Baraka, Angela Davis o Alice Walker, publicaron una carta conjunta en The New York Times denunciando el ninguneo que a su juicio estaba sufriendo la obra de Morrison, ausente de los premios nacionales más importantes. Señalaban también el racismo y sexismo subyacentes en esta falta de premiación. A partir de ahí, fuera por casualidad o porque la presión había hecho efecto, Morrison recibió el Pulitzer ese mismo año, por Beloved, y el Premio Nobel en 1993.

Ello no quiere decir, estimo, que Erica Jong sea enemiga de los lobbies (ella es una de las sustentadoras más rabiosas del lobby feminista), sino que no le gustan tanto los que no son el suyo. De hecho, en el año en que Morrison ganó el Nobel, Jong lo había pedido para Doris Lessing, que no lo recibió hasta 2007.