TODO ESE ovillo que llamamos ser humano, en su capacidad de matanza y destrucción como en su capacidad para el amor y el arte, está inserto en promedio en cada uno de nosotros, así que alégrate cuando te encuentres con el músico genial o el gran filósofo, porque no estás tan lejos de ellos, pero mantente alerta ante el terrorista o el violador, que también fueron diseñados por el mismo ingeniero que te hizo a ti.