EL PATRIOTA promedio tenía razón al indignarse con Benzemá cuando este jugador se negó a cantar La Marsellesa al comienzo de los partidos de Francia:
—Si te fijas en la letra —se justificó el delantero—, la Marsellesa llama a matar, y eso a mí no me gusta.
Benzemá había sometido el himno de su país a un escrutinio racional, justo lo opuesto que exige el patriotismo, que es una cuestión de fe. ¡Así que usted, señor Benzema, no está dispuesto a amar a Francia sin condiciones! ¡Sin ningún matiz! ¡De manera ciega!