LA ANÉCDOTA acerca y el argumento aleja. El argumento: esa espada funebrista de la secta que quiere ganar = tener razón. La anécdota: como tiene haz y envés, vale para Montescos y Capuletos; como es pariente de la risa, relaja la conversación y la conduce a un empate infinito.
Los odios producidos por las palabras los generan más fácilmente las personas racionales que carecen de anécdotas.