DICE JORGE Freire que el segundo país donde más éxito de taquilla tuvo Torrente fue Hungría... Por qué será que no me sorprende. Hasta me atrevo a decir que la clave Torrente, esto es, la de presentar a un fascista exagerando el cutrerío de su fascismo hasta el esperpento, pero introduciéndole elementos humanos para buscar la identificación del espectador, gusta por igual al fascista de VOX que al fascista húngaro que vota una y otra vez a Viktor Orbán.