...Y ACLARO que la única razón por la que deseo llegar a los 75 años es para plantarme delante de todos los terapeutas, médicos y psicólogos que os pasáis el día con el tufo de que “la soledad acorta la vida” y espetaros: ¿Veis? ¡Vanessa llegó a los 75 y no se mezcló jamás con brutos, madrileños ni seres “promedio”! ¡Jamás fue a comuniones ni a bodas ni a recitales de poetas, como tenéis que ir vosotros!
Creo que ya sé lo que les jode. Les jode tener que comerse cada día su porcentaje habitual de estúpidos y transcurridores, hasta volverse ellos mismos estúpidos y transcurridores, y que un kilómetro más allá, oculta en un pisito con dos gatos, haya una persona que sobreviva alegrista rodeada de libros. ¡Sin que le atropelle ningún coche cuando cruza la calle! ¡Sin que le entre un cáncer así de gordo! ¡Sin que le caiga un meteorito en la mitad de la cabeza!
