SOY UNA mitómana, pero de lejos. Llegué a Madrid en 2005 y nunca se me ocurrió acudir a la Feria del Libro para que me firmara un libro mi escritor favorito, Francisco Umbral, que entonces vivía, como tampoco he ido nunca a visitar las iglesias donde están enterradas predilecciones mías como Lope de Vega y Francisco de Quevedo. De sobra conocéis mi fervor por Leo Messi: ¿os podéis creer que nunca en todos estos años he acudido a verle al Santiago Bernabéu aun sabiendo, como supongo que todos sabéis, que era el estadio donde se dedicaba a hacer una exhibición tras otra, pisoteando y humillando una y otra vez al equipo oficial de España? Y en cuanto a Jennifer Lopez, dio un concierto en el Movistar Arena justo el 13 de julio, hace poco más de dos meses, pero me quedé en Bardot sin ninguna pena porque, en fin, ya tengo una Jennifer Lopez en la cabeza, imposible de superar, y para nada necesito que esa diosa insuperable me demuestre nada.
Así es como van sobreviviendo mis mitos: es tal la ceguera que siento ante ellos, que no me atrevo nunca a ponerlos a prueba.