EL PRIMER problema no pequeño que nos encontramos quienes deseamos avanzar hacia la universalidad, entendida esta no como una sola y jerárquica sino como 8000 millones distintas, cada ciudadano del mundo con la suya, es que la fonología de muchas lenguas es muy diferente entre ellas. Ante el nuevo ganador del Nobel de Literatura, László Krasznahorkai, descubrimos que no sabemos cómo se escribe ni cómo se pronuncia, y eso es lo primero que tendrían que aclarar los medios de información con vocación planetaria, Lás-lo Krás-na-hor-kái.