QUIZÁ LA humildad no sea una creación religiosa, sino un valor preexistente que abrazaron las religiones para hacerse fuertes. En unos tiempos en que si salías sola de la cueva te podía matar un oso, ¿cómo iba a surgir el individuo orgulloso de sí mismo? Todavía en época de Pascal, que nació en la ciudad de Clermont, solo el 42% de los niños superaban el parto.
Hasta yo misma entiendo que es en vano andar marcando pectorales cuando en tres días cualquier minigripe te puede llevar por delante. Con los señores Fleming, Pasteur, Borlaug, Jenner o Snow todavía sin aparecer, el ego lo tenía difícil para pasar al ataque.