miércoles, 15 de octubre de 2025

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DE ESTAS tres predilecciones que Nietzsche mantuvo toda su vida, Dostoyevski, Goethe y Montaigne, estoy segura de que las tres hubieran rechazado al helenista alemán. A Montaigne y Goethe les hubiera repelido su fanatismo y puñetazos en la mesa, y Dostoyevski hubiera incluido su anarquismo aristocrático en "pensamiento destructivo occidental". Cuántas veces he pensado, y no soy la única, que personajes dostoyevskianos como el Raskolnikov de Crimen y Castigo o el Stavrogin de Los demonios, que están pintados "a la contra", como símbolos de la depravación ateísta de Europa, tienen muchos elementos de Nietzsche.