miércoles, 29 de octubre de 2025

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LA ACADEMIA francesa estuvo barajando desde 1909 incluir a una mujer entre sus Cuarenta Inmortales, pero después de rechazar sucesivamente las candidaturas de Anna de Noailles, Colette, Simone de Beauvoir, Nathalie Sarraute y Louise de Vilmorin, fue Marguerite Yourcenar la que accedió en una fecha tan lejana como 1980, a pesar de la oposición frontal de Lévi-Strauss, que alegaba que "no se cambian las costumbres de la tribu". Hay que tener en cuenta para valorar el grosor de la injusticia que la Academia Francesa está vigente desde 1635. En su discurso de ingreso, Yourcenar reivindicó a Madame de Staël, George Sand y Colette como mujeres que merecieron el asiento antes que ella.

En España la primera mujer elegida académica fue Carmen Conde, en 1978; y Rachel de Queiroz hizo lo propio en la brasileña en 1977. En otros países no tuvieron que esperar tanto: Ricarda Huch ingresó en 1931 en la alemana; Selma Lagerlöf ingresó en 1914 en la Academia Sueca y Caterina Franceschi Ferrucci en 1871 en la Accademia della Crusca italiana.