TE LO JURO: el iceberg permaneció impávido cuando Victoria chocó contra él, y durante un tiempo fingió que nada había sucedido, pero al cabo de una hora seguía sin olvidar a esa multitud de mujer. ¡El fuego de la obsesión entraba como una cuña en sus centros! ¡El elefante de hielo comenzaba a resquebrajarse!
—¿Pero qué hacía Victoria nadando sobre la costa de Groenlandia, si ella es de Málaga?
—¡Idiota! Los primeros amores nacen en cualquier parte, pero los últimos solo en Groenlandia.
Los icebergs gigantes los forman quienes han sido dañados por el amor, que van tapiando su corazón con capas de hielo, cada año una más grande, hasta que piensan que es insumergible, pero...
Dos horas después del impacto, el iceberg se hundió, y su hielo para siempre derretido, desparramado por el océano, salió en busca de la mujer que conserva los bolsillos llenos de ceras de colores.
