miércoles, 2 de abril de 2025


DE LOS cientos de aplicaciones de IA o de otros sembríos con que te saturan la pantalla tengo muy claro el límite de precio que estoy dispuesta a pagar: 30 euros al año. Es un límite anticapricho, para evitarme deseos rápidos que se me pasan en un mes. Todo lo que sea más caro no es para mí y prefiero dedicarme a las versiones gratuitas o al pirateo.