martes, 22 de abril de 2025


ESTABA PENSANDO en Miss Vico, que cada vez se siente más diurna y espartana, y por analogía he virado a esa alianza grecopersa que fue la danza de Isadora Duncan en el Partenón. Lo cuenta ella en sus memorias. Llegada a Atenas, pidió que le acercaran a las ruinas más famosas de Europa y rogó para que no le siguiera ningún fotógrafo ni persona, porque quería bailar a solas, nocturna y a su aire, ante los mármoles sagrados. Entre las cimas culturales que se han perdido (los diálogos de Aristóteles, los cuadros que Botticelli arrojó a las llamas, las improvisaciones de Beethoven, La Chasse Spirituelle de Rimbaud, la voz recitada de Lorca), incluyo este encuentro secreto entre la leyenda sensual californiana y la leyenda racional de la Antigüedad.