LO MEJOR de la vida standard es que funciona: es un macizo de creencias y costumbres garantizados, que han superado la prueba de las décadas y a veces de los siglos. En la vida creadora que se ejerce en primera persona del singular, en cambio, la incertidumbre asoma: no es tan fácil afrontar la travesía sin faro, sin brújula, sin timón... y a veces sin barco.