viernes, 11 de julio de 2025


CON LA famosa presión está sucediendo lo mismo que sucedió en su día con la posesión: su importancia capital se está exagerando tanto que se toman las garras del tigre por todo el tigre. Si realmente ahora es indispensable que los diez jugadores de campo presionen, ¿cómo es que Argentina ganó el Mundial 2022 con un jugador, Messi, que estaba casi completamente liberado de esas labores defensivas? Si la presión asfixiante lo es todo, como dicen ahora algunos gurúes, ¿cómo es que el Eibar o el Osasuna, equipos que históricamente la han ejecutado con ahínco, todavía no han ganado una mísera Copa del Rey en toda su historia?