sábado, 26 de julio de 2025


DE VERDAD qué maravilla de temperatura tiene Bardot. Ha pasado ya el 23 de julio, que según los plumillas es el día más caluroso del año en Madrid, a partir del cual lo que viene ya no es tan horroroso, y "la gloria de los elfos" no consigue penetrar en mi piso salvo una hora lánguida, entre las ocho y las nueve de la mañana, momento a partir del cual disfruto de una fresquita y constante sombra. El verano es con diferencia la estación más boba y muerma del año, mucho más en la capital de Spania Saudí, pero con un piso como Bardot, donde además las hojas del plátano de sombra del patio caen sobre mi portátil a la hora en que escribo esto, parece como un otoño adelantado.