lunes, 14 de julio de 2025


LO DE Torre Pacheco, como lo de Plymouth, se veía venir: fortalecer un nosotros imaginario y sectario es una locura que siempre deriva en violencia. Las naciones, como las religiones monoteístas y las ideologías totalizantes, basadas en el esquema antiduda "esto-es-así-y-punto", son cosas malas: no hay más que escuchar el lenguaje-consigna, dirigido a oligofrénicos, con que sus dirigentes se dirigen a las masas; no hay más que comprobar, al grito de "un marroquí hizo esto", cómo manadas de subnormales suspenden su inteligencia y se dan a la caza del marroquí, de todos los marroquíes, porque se sienten respaldados por un invento terrible contra el que nadie se atreve, la patria.