martes, 22 de julio de 2025


TODO LO normativo atenta contra la naturalidad del mundo y genera su anti. Cada regla genera su antirregla, cada costumbre su anticostumbre, cada lugar su antilugar. Hasta los ídolos deportivos o musicales, cuando se elevan demasiado y amenazan la pluralidad de las estrellas, generan su respectivo ejército de haters.

Toda propuesta que aspira a orden y centralidad provoca una reacción. No centralices, no unifiques, respeta los derechos previos del politeísmo y de la polinada, cultiva todos tus ceros...