miércoles, 6 de agosto de 2025

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EN SUS momentos más radicales, el estoicismo es un vasquismo: consiste en un ataque por tierra, mar y aire contra tu sistema límbico. Dice Epicteto en su Manual:
No es necesario en general asistir al teatro. Si alguna vez vas, no aparentes tomarte en serio nada más que a ti mismo; esto es, desea que suceda solo lo que está sucediendo y que gane solo el que gana. Pues así no sentirás contrariedad. Abstente por completo de gritar y de reírte de alguien o de compartir las emociones con los demás. Y al despedirte no hables mucho de lo sucedido, salvo si ello te aporta alguna mejora, pues de ello se deduce que quedaste admirado del espectáculo.
Si voy al teatro y no puedo reírme ni llorar ni compartir mis emociones con los otros espectadores, como pide Epicteto, ¿para qué voy a ir al teatro? Precisamente el teatro y el fútbol y los conciertos nos permiten soltar a nuestro animal en un lugar "ficticio", donde podemos expulsar nuestras emociones sin mayor daño. Es increíble la obsesión que tienen muchos sabios antiguos por eliminar todo el chocolate por el que merece la pena vivir.