LO MEJOR de mí es esa aptitud para convertir en intensidad
una vida en la que no me pasa nada. A menudo, cuando llego a otro
nivel de soledad (pues ya estoy en el nivel
más-de-una-década-sola), me digo “aquí es donde tienes que
demostrar la madera de la que estás hecha” y empiezo una nueva
guerra, imposible de explicar a los demás, pues hace siglos que no recuerdo los rostros de mis enemigos.
