EN EL sótano inferior del garaje donde trabajo suele haber ratas a las que no les funciona el veneno. Pensaba que era porque se lo comen en pequeñas dosis y se hacen inmunes a él, pero no es eso. El encargado contra las plagas al que llamamos cuando la situación es límite me ha dicho que lo que sucede, o al menos lo que sucedía antes, es que las primeras ratas que se comen el veneno sí que se mueren, pero no sin informar al resto del raterío "oye, chicas, no comáis de ESO porque me está empezando a sentar mal".
Con el fin de actuar contra ese problema, las empresas contra las plagas han sacado un nuevo raticida, el que usamos ahora en nuestro garaje: se trata de uno que solo hace efecto en las ratas tres días después de que lo hayan comido. De esta forma, las primeras ratas que se lo comen no notan nada raro y no se "chivan" a las otras.
En grado de hijoputismo, las pobres ratas genuinas están a años luz de las ratas humanas.