QUE SEA tan anti de Nietzsche y que a la vez no pueda dejar de hablar de él... Creo que con este autor me sucede lo mismo que le sucedía a él con Sócrates y Platón, con los que mantenía una repulsión admirativa (ver su correspondencia), por decirlo en oxímoron. Nietzsche es tan seminal en mi experiencia como lectora que creo que le debo una de mis tres inteligencias:
La primera inteligencia es la que vino conmigo de fábrica, en el hospital de Cruces en Baracaldo.
La segunda es la que me nació de escuchar a los nacionalistas vascos decir su verdad sobre España y a los nacionalistas españoles decir su verdad sobre Euskadi.
La tercera es la que me ha nacido contra Nietzsche, pues no me he encontrado otro que sea capaz de tanta variedad de temas, tantos esguinces en las ideas, tanta expresividad en el lenguaje, tanta intensidad... puestas al servicio de lo contrario de lo que yo pienso y defiendo y amo.
La mayor parte de la inteligencia nace en-contra-de. A Montaigne o Bertrand Russell o Albert Camus los adoro, pero no hacen crecer mi inteligencia porque les doy la razón en casi todo. En cambio con Nietzsche...