lunes, 11 de agosto de 2025

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VOY A dejar de escribir malasias lo que queda de mes, porque en agosto trabajo el doble para hacerme con un segundo sueldo y se me queda el cerebro como un corcho. Las malasias son una unidad mínima de creación que me salen casi sin querer, pero si estoy muy cansada no me salen igual. En los veintiún años que llevo en Madrid solo he cogido vacaciones una vez, cuando aún vivía con Iratxe, porque los sueldos que he recibido siempre han sido muy bajos y esta ciudad está configurada para resistir en pareja, no en monopayasa como yo. Trabajando un poco más en agosto consigo sacarme ese sueldo extra que me permite el resto del año comprarme ese libro, o esas botas, o feliway para mis gatos.