TANTAS VECES que ironicé contra los que juraban que ellos no escribían para el lector, resulta que he llegado al callejón sin salida de merecerme yo también esas ironías. Nunca sospeché que la escritura se iba a convertir, junto con la lectura, en la medicina continua que impide día tras día que la soledad me destruya. ¿Seguiría escribiendo este blog si supiera que no me va a leer nadie? Por supuesto que sí, porque este blog es ya para mí una inercia semejante a comer o dormir, y además qué me importa ya pasar del "casi" nadie me lee al nadie sin casi :)