DE MOMENTO no tengo miedo de que la IA me engulla, porque mi trabajo de conserje nocturna no es tan fácil de ser sustituido por una máquina o programa, y en lo que se refiere a mis palabrismos, la clave de mi literatura no estriba en escribir más o menos perfecto, sino en desplegar a ojos del lector a una persona con unas huellas biográficas y un perfil psicológico no de los más comunes :)