ESTAS DECLARACIONES de Fernando Aramburu, también a Esquire, van directas a mi blog de citas y fragmentos contra el nosotrismo:
Tengo los ocho apellidos vascos y probablemente más, pero nunca me ha parecido que sea un motivo de lucimiento. No necesito llenar mi vacuidad con identidades, ni con fanatismo. No necesito pintarme rayas para parecer una cebra. Todos mis antecesores eran vascos o vasco-navarros, ya está. Es lo que me ha tocado. Y si mi apellido decimotercero, que no lo sé, fuera castellano, no supondría para mí ninguna vergüenza. Lo que da perfil a las personas es su calidad moral, su cultura, su educación. Eso sí que me parece importante.